Los caballeros de mi vida

El primer caballero que llegó a mi vida, estuvo durante 18 años, era alguien de poquísimas palabras y del que nunca recuerdo haber escuchado un: «te amo» o «te quiero», sin embargo, me hizo sentir la chavalita más afortunada del mundo por tenerlo como papá, y sí, por super actitud reservada, muy probablemente nunca me lo dijo con palabras puntuales, ni daba el primer paso para darme un abrazo, pero nunca me lo negó. Sin embargo, me demostró con hechos lo mucho que me amaba, y con aquella frase que tanto me gustaba escuchar: «vamos a la fritanga» porque sabía que durante el camino el me iba a tomar de la mano, aunque yo ya no fuera aquella niña de 7 años…. y pues, durante esos 18 años, nunca dudé siquiera, que para él yo siempre sería su pequeña. 

Este primer caballero, me hizo pensar mucho en una frase del gran Gabriel García Márquez, que dice: «Sólo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo su ser».  Y es que, como cada cabeza es un mundo, cada quien maneja una manera diferente de expresar lo que siente. Yo por ejemplo demuestro mis sentimientos de una manera muuy diferente a la que mi papá tenía, a mi me gusta abrazar (sin caer en el sofoque, claro está) me gusta ser directa y sincera, decir, escribir y demostrar a quienes les quiero y me gusta de vez en cuando darles sorpresas o detallitos diferentes y muy personales para que esa persona sepa lo mucho que significa para mi, mi papá en cambio, era lo contrario, era sencillo, cero afectivo e introvertido, pero nunca me sentí mal por pensar que no me quería. Y es que pienso que al final, cuando alguien tiene un sentimiento 1000% genuino hacía vos, vas a terminar confiando en ese sentimiento, así veas poco a esa persona, o no tenga tu misma manera de expresarse.

Luego de mi primer y gran caballero, (el cual será único en su estilo, claro está) y durante mi época universitaria 《para ser más especifica》 llegaron a mi vida dos que tres caballeros más, a los que se les dice: mejores amigos, y que para mi ese calificativo ya queda corto, porque los años, sin duda nos han vuelto casi que hermanos, digo casi, porque no me gusta la intensidad de decir: «mejores amigos por siempre» porque todo cambia, las cosas, las situaciones, y hasta las personas, y así como hoy nos podemos llevar super genial, «yo no sé mañana» dijo Luis Enrique. Pero admito, que espero nos aguantemos los unos a los otros durante un buen de tiempo, porque vaya que es bonito compartir penas y alegrías con las mismas personas de siempre, no por costumbre, si no por afinidad.

Y pues, respecto a esos caballeros, se necesitaron años para que yo pudiera identificarlos como tal, obvio no fue de la noche a la mañana, porque igual, para que ellos pudieran ser conmigo como lo son, tuvo que pasar un tiempo, tiempo para que pudieran conocerme, saber como soy y porque soy así. Y es que sólo conociendo a alguien podés decidir si quererle o no, (al menos que sea tu mamá, tu papá o tu hijx, en la mayoría de los casos ese cariño ya viene innato en uno).

Y pues, debo confesar que me encuentro super agradecida con Dios, la vida, el universo, y con cada uno de ellos, al primero por haberme dado el chance de sentir lo bonito que es ser amada, cuidada y apoyada por un caballero a quien tuve la mágica oportunidad de llamarlo papá, y al resto por seguirme dando la alegría de tener dos que tres caballeros más en mi vida, ya que, siendo hija única hasta el momento no sé lo que es sentir soledad por no tener la figura de un hermano mayor que quiera lo mejor para vos.

En serio que agradezco infinitamente la presencia de estos caballeros en mi vida porque llegué a entender que no merezco menos, respecto a una relación de pareja (omito amistad, porque para mi, en este ámbito menos es más, y pues suficiente con los que están) ahora tengo más que claro, que en mí está la responsabilidad de no aceptar a un hombre en mi vida, si no a un caballero.

Cabe mencionar, que durante mis 23 años, he tenido la mala, pero sabia experiencia de coincidir con hombres que simplemente son hombres por naturaleza, y eso me hizo llegar a la conclusión de que hombres (guapos y todo lo que querrás) hay muchos y te encontrás uno a la vuelta de cada esquina, peeero, caballeros hay muy pocos, pero de que los hay, los hay.

Sería demasiada estupidez de mi parte, que termine aceptando un compañero de vida que… me maltrate tanto física y emocionalmente, cuando tengo más dedos en una sola de mi manos, que recuerdos de veces que el hombre más importante de mi vida me pegó o regañó (y no porque siempre me haya consentido, si no porque el sabía que había otras maneras en la que yo iba a entender que había actuado mal).

Sería demasiada estupidez de mi parte que termine aceptando un compañero de vida que… me prohíba hacer cosas que me gustan, que no me dañan ni hacen daños a terceros, cuando tengo hombres en mi vida que me apoyan y alientan a hacer lo que me apasiona porque les da gusto verme sonriendo por eso.

Sería demasiada estupidez de mi parte que termine aceptando a un compañero de vida… sin metas ni proyectos y con propósitos de vida muy por debajo de los míos, cuando mis amigos me invitan más a ser parte de sus proyectos profesionales y de emprendedurismo que a discos y bares.

Sería demasiada estupidez de mi parte que termine aceptando un compañero de vida que… no me pueda querer bonito, que para el no pueda significar alguien VERDADERAMENTE especial en su vida, cuando tengo caballeros que me hacen sentir lo mucho que valgo y merezco.

Simplemente, no puedo faltarme así el respeto, ni fallarle a los que quieren lo mejor para mi.

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